Hacía tiempo que no te escribía, y siendo sincera, hacía
tiempo que no pensaba en ti. No de esta manera. No echándote de menos, o al
menos sintiendo que lo hago. A veces. O quizás son los momentos que pasaba
contigo, o el cómo me sentía contigo. Quizás lo que eche de menos es que
alguien me haga sentir como tú me hacías sentir, a veces.
¿Por qué así? ¿De repente? No. Hoy me han preguntado por ti,
de nuevo. Suelen hacerlo, pero suelo evadir la respuesta, un “como siempre”, “bien”,
“nada en especial”. Pero hoy… hoy pensé en qué saldría de mi boca si siguiese
esa conversación. ¿Cuántas cosas me habré callado por miedo a lo que pudiese
decir? Podría ser que la razón para no hablar de ti no sea que ya te hubiese
olvidado, sino el miedo a no haberlo hecho. A oírme decir “le echo de menos”.
Pues bien, resulta que acabaron preguntándome si aún te
quería. No lo pensé, ni un segundo tardé. Sí, respondí. Un ‘sí’ rotundo,
confiado, serio. Un ‘sí’ verdadero. Pero no siempre es suficiente el querer a
alguien, ¿o sí? Igualmente, nadie me preguntó ¿pero cómo le quieres? Cómo. De
qué manera. En qué sentido. ¿Amigo? ¿Pareja? ¿Expareja (el término más adecuado
sería ‘recuerdo’)? Pues en todos. Supongo. No lo sé. Exacto, no lo sé. Mi
cabeza está hecha un lío, mi corazón no se decide y yo… Yo me merezco ser
feliz. (No quiero decir que contigo lo fuese, pero ambos sabemos que nosotros,
al final, solo sabemos hacernos daño.)
Hay gente que dice que, en el caso de que estuviese enamorada
(qué palabra tan grande, llena de sentimiento… Vale, creo que debería poner
ENAMORADA, así mejor. Si lo estuviese, sería de ti. Qué locura, ¿no? De ti, que
estás a tantos kilómetros. Y qué irónico que es a mí ahora a la que le importan
esas tonterías, por eso pienso que ya no es lo mismo. No estoy segura de
aguantar, aunque quizás sea porque conozco mis celos. Malditos celos, maldito
ni contigo ni sin ti, maldito cabezota que se dio cuenta tarde de lo que sentía…
Tarde… ¿Qué ha pasado? Como suelen decir: lo único que pasa, el tiempo. Y con
él se fue el sentimiento, el grande, el fuerte. El sentimiento, EL, con
mayúscula, el que hacía que aguantase fuese lo que fuese y durase lo que
durase. Pero ya no. Así que, aunque duela, puede decirse que te quiero. Te
quiero, te quiero como recuerdo, quizás como amigo.
¿Una palabra para resumir todo esto? ¿Todo lo que vivimos?
¿Un adjetivo para calificar nuestra, por llamarlo de alguna forma, relación?
Tóxica. Tóxica, dolorosa. No siempre, eso es cierto, pero sí muchas. Y ya no
compensan los buenos momentos, quizás nunca compensaron pero… Pero. Nunca hubo
una razón lógica, pero ahí seguíamos. Yo te hice daño. Tú me hiciste daño. No
hay culpables. Ambos lo somos. No creo que se deba analizar quién sufrió más,
quién lloró más, o quién acabó más loco de los dos. Quedarnos con lo bueno, eso
es lo importante, esos son los recuerdos con los que debemos quedarnos.
Así pues, ¿qué me queda por decirte? Por si lo habías
pensado, no. Esto no es una despedida, no es un adiós, ni siquiera un hasta
luego. Esto es un “nos merecemos un amor sin estrenar”.
Escribes bonito,
ResponderEliminary sientes más bonito todavía,
que lo sepas. :)